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Hable con ella (la casa de Google) - ABC.es

La pantalla t?ctil para los m?viles convirti? al iPhone en el s?mbolo indiscutible de toda una nueva generaci?n de tel?fonos. Tanto, que hasta los beb?s acercan sus dedos a cualquier dispositivo electr?nico que cae en sus manos. Ahora, los avances en las tecnolog?as de reconocimiento de voz, unidos a la creciente ?inteligencia? y capacidad predictiva de las herramientas de b?squeda, hacen cada vez m?s innecesario el contacto f?sico con los tel?fonos, tabletas y dispositivos que acompa?an -nos guste o no- la mayor parte de las actividades de nuestro d?a a d?a.

Recu?rdame comprar pimienta la pr?xima vez que pase por el supermercado. Env?a un email a Javier y avisa que llego con retraso. ?Cu?l es la peluquer?a m?s cercana al hotel? ?Y c?mo lleg? m?s r?pido? La nueva herramienta de b?squeda por voz de Google, lanzada este mes para el sistema operativo iOS de Apple adem?s de los dispositivos que funcionan con Android, responde con estilo ameno, conversacional y pr?ctico a este tipo de preguntas. Y sepulta en el pasado la sensaci?n de estar hablando con HAL 9000 –la computadora de a bordo protagonista de la pel?cula de ?2001 Una odisea del espacio?– que provocaban la mayor?a de los sistemas de reconocimiento vocal. Si preguntas a Google Search qu? tiempo har? el s?bado en ?vila, puedes preguntar acto seguido cu?nto se tarda en llegar all?, sin especificar de nuevo el destino, como har?amos en una conversaci?n entre personas.

?La b?squeda por voz va evolucionando poco a poco desde la b?squeda tradicional pura, donde su ?nico rol es convertir voz en texto y luego lanzar una b?squeda con el buscador, a una experiencia m?s interactiva en la que gestionamos un di?logo, con idas y venidas entre el usuario y Google?, explica Pedro Moreno, investigador de reconocimiento de voz en Google. ?Para lograrlo trabajamos con reconocimiento de voz, procesamiento de lenguaje natural y conversi?n de texto en voz?, a?ade.

La nueva herramienta de b?squeda incorpora una capacidad in?dita de contextualizar las conversaciones con el usuario gracias a Knowledge Graph, el ambicioso proyecto de Google de construir –mediante un algoritmo complementario al del motor de b?squeda– el matrix que conecta nuestras vidas con las vidas de los dem?s, con las cosas y los lugares. Y si se a?ade la herramienta de asistente personal Google Now, incorporamos un notable potencial de anticipaci?n a la jugada.

As? lo explicaba recientemente Carlos Domingo, consejero delegado de Telef?nica I+D, en Twitter: ?Me he enterado por una alerta de Google Now que han retrasado el vuelo en el que estoy sentado antes de que lo anuncien en el avi?n, asusta pero muy ?til?. La llamada b?squeda predictiva refleja el empe?o de la compa??a de Mountain View –utopismo tecnol?gico para algunos, monopolio orwelliano para otros– de adivinar las necesidades del usuario antes de que este las formule.

Si has comprado un billete de avi?n, el d?a del vuelo Google Now te ofrece informaci?n climatol?gica y de horarios. Si has reservado habitaci?n en un hotel, te dir? c?mo llegar nada m?s aterrizar. Antes de que le preguntes. Si cada d?a coges el coche para ir a trabajar, te dar? el parte de tr?fico de la ma?ana en tu pantalla, o cuando pasar? el pr?ximo autob?s en la parada. ?Intentamos dar al usuario lo que necesita lo m?s r?pidamente posible?, explicaba un ingeniero de la empresa californiana durante una reciente demostraci?n en Londres.

Si se a?aden otras funcionalidades de Google, y de otras compan?as rivales, como las herramientas de conversi?n de moneda, de traducci?n de idiomas, o de edici?n de foto y v?deo –Google lanz? el mes pasado una nueva versi?n de Auto Awesome, con aplicaciones interesantes como la copia autom?tica en la nube, la exclusi?n autom?tica de fotos malas y los retoques autom?ticos para mejorarlas–, no extra?a tanto que la vida en com?n, en el metro, en el autob?s, en las calles, o en el ascensor, se haya convertido en una suma inconexa de mon?logos digitales.

La llegada al mercado de la versi?n comercial de la Google Glass, anunciada este mes para el a?o que viene, supondr? un nuevo salto hacia la interacci?n mediante voz entre el ser humano y los dispositivos electr?nicos que le acompa?an. Entre las novedades incluidas en la segunda versi?n de las gafas, probadas por este corresponsal, se incluye la posibilidadde preguntar mediante comandos de voz, por ejemplo, ?c?mo llegar a casa?, lo que activa la proyecci?n en la gafa de sugerencias de ruta desde el navegador.

A las gafas de Google se les llama por su nombre y, por ahora, en ingl?s. El comando que activa el dispositivo es un contundente ?OK, glass?, seguido de instrucci?n deseada. Las gafas permitir?n consultar tu calendario personal o publicar fotos y v?deos en Twitter y Facebook. Y, quiz?s, como explicaba un ingeniero en la ?Google House?, ayudar?n a los sordos a mejorar su autonom?a puesto que las gafas reciben el sonido transmitido por los huesos, sorteando el o?do.

?A d?nde conduce todo esto? Seg?n coinciden los expertos, los siguientes entornos conectados ser?n el coche y las casas, donde los gigantes del sector intentan que podamos llevar la navegaci?n digital sin cortes ni interrupciones de un dispositivo –el m?vil, la tableta, el port?til– al otro –el salpicadero del coche o la nevera de la cocina–.

?En el futuro, cabe esperar que Google Voice Search sepa m?s de nuestras b?squedas anteriores y de nuestra interacci?n con Google, y que sea capaz de mantener conversaciones m?s largas, pero tambi?n que nos ayude a interactuar con dispositivos que llevaremos con nosotros?, explica Moreno. Y lo describe as?: ?Le hablaremos al coche usando un dispositivo de a bordo de Google, saldremos del coche llevando las Google Glass, y la conversaci?n seguir? sin interrupciones, y ser? lo mismo al entrar en casa, donde hablaremos a alg?n tipo de dispositivo... ?un Google Cocina, por ejemplo??. La proliferaci?n de pantallas en los hogares ha llegado a producir un s?lvese quien pueda en muchas familias, dispersando y atomizando el consumo de ocio audiovisual. Los ni?os en la consola, pap? en el port?til y mam? en el iPad. Y todos contentos. Un panorama que introduce en muchas familias la nostalgia de la ?Gran Familia? de Alberto Closas, Chencho incluido, api?ada en sillas de cocina para ver la tele del vecino.

Pero no todo est? perdido para la vida comunitaria o familiar en la era de la tecnolog?a. El lanzamiento de tecnolog?as como Chromecast puede ahora volver a conectar esas experiencias, aseguran desde Google. El dispositivo, disponible por ahora solo en EE.UU. por unos 35 d?lares, permite visualizar –sin cables– en la pantalla de cualquier televisi?n inteligente (con conexi?n a Intertnet) el contenido audiovisual que cualquiera pueda estar viendo en su m?vil, o en cualquier otro dispositivo. Otras compa??as, especialmente Apple, compiten con sus propias tecnolog?as en el sector de la televisi?n conectada.

Se podr?n ver, y compartir, v?deos de Youtube, contenidos de Netflix, pel?culas y series adquiridas en Google Play o en el Apple Store, o material dom?stico. ?Permite unificar la experiencia de todos los miembros de la casa, y compartir lo que cada uno ve en su tel?fono, ordenador o tableta?, explicaba a ABC un miembro de Google en la llamada ?Casa Google?, una jornada itinerante de demostraciones de la empresa con sede en Mountain View (California) celebrada recientemente en Londres, Par?s y Hamburgo.

La extensi?n de las televisiones conectadas y la convergencia entre Internet y televisi?n est? a punto de transformar a escala masiva la experiencia audiovisual dom?stica. Algunos estudios indican que en 2017 un tercio de los hogares contar? con una tele con Internet en casa. ?Los datos apuntan a que el mercado de pel?culas y series v?a Internet tuvo un tama?o en Europa de 364 millones de euros en 2011, lo que represent? un peque?o a?n 3,8% sobre el total del mercado audiovisual, pero creciendo casi un 42% respecto a 2010?, explica en su blog I?igo Kortabitarte, director de Innovaci?n del Grupo Diario Vasco Multimedia.

Este salto tecnol?gico rompe, como en tantos otros ?mbitos, el monopolio en los contenidos de las grandes cadenas, y que una suculenta v?a de entrada al mayor repositorio de material audiovisual del mundo, Youtube, propiedad de Google. Cada minuto se suben 100 hora de v?deo a Youtube, donde cada mes hay 1.000 millones de personas viendo 6.000 millones de horas de contenidos. Casi una hora de video por cada habitante del planeta.

Un ecosistema que ha pasado, desde que Google pagara por ella 1.650 millones de d?lares en 2006, de ser un escaparate de exhibicionismo y ?freakismo? a ser el entorno en el que la llamada generaci?n del milenio arranca sus b?squedas, escucha m?sica y consume cine, series y programaci?n televisiva a demanda –donde y cuando yo quiero–, ya sean contenidos de fabricaci?n casera o subidos a sus canales en Youtube por las grandes cadenas.

Una generaci?n en la que el 76% de los espa?oles de 18 a 30 a?os tiene un smartphone, y un 40% asegura no poder vivir sin ?l, seg?n un estudio reciente. Pasan de media seis horas conectados a Internet, y para ellos no hay diferencia entre la web y la tele. Internet es su televisi?n.

?La televisi?n tradicional es un mon?logo, est?s sentado y ves contenidos, sin m?s; en Youtube puedes interactuar, hacer preguntas, compartirlo con miles de amigos y en las redes sociales?, explica David Ripert, un especialista franc?s proveniente de la industria del cine y de Netflix que es ahora el responsable del YouTube Next Lab en Londres, un conjunto de estudios y salas de edici?n que la compa??a pone a disposici?n de los ?youtubers?, o creadores de contenidos.Estos ?youtubers? abastecen de contenidos cada vez m?s profesionales y demandados a la red social audiovisual por excelencia. El canal de SortedFood, con medio mill?n de suscriptores, es el canal de cocina en Youtube m?s visto en Europa. Fue creado hace casi 4 a?os por cuatro j?venes brit?nicos de 26 a?os, que forman parte de los miles de ?partners? de Youtube.

Al igual que la BBC o Telecinco, firman un acuerdo de colaboraci?n con el que autorizan a Google a insertar publicidad a cambio de compartir los ingresos generados. La f?rmula de reparto es variable, y confidencial. En la cocina de la Google House, los responsables de SortedFood se ponen manos a la obra... y voz a la tableta. Ayudados de una Nexus 7 y un monitor instalado en la pared, lanzan consultas mediante comandos de voz para convertir onzas en gramos o averiguar las ventajas del aceite de oliva frente a la mantequilla para fre?r.

Para principiantes, de nuevo Youtube dar? respuesta con un v?deo-tutorial a preguntas tan elementales como ??C?mo corto una cebolla??. Youtube sigue siendo el canal preferido de la viralidad (gatos sobre ruedas, beb?s bailando etc.). Pero, cada vez m?s, lo es de la utilidad.

Patry Jord?n comenz? hace tres a?os a grabar tutoriales de peluquer?a y belleza en el tocador de su casa en Gerona. Tres a?os despu?s, esta joven de 30 a?os arrasa con sus talleres de automaquillaje o de reparaci?n de cabello en ?Secretos de chicas?, donde sus 780.000 suscriptores (suscriptoras) recorren ese terreno digital que va de lo pr?ctico -buscar respuestas a preguntas cotidiana- a lo morboso.

?Quieren ver tus tutoriales, pero quieren ver mucho m?s: quieren verte por la ma?ana, quieren ver c?mo te arreglas para ir a un evento, yo llegu? a hacer un v?deo con la ropa que me puse en mi propio cumplea?os?, explica Jord?n en los estudios de Youtube en Londres. La convergencia del fen?meno social (Facebook) con las nuevas posibilidades audiovisuales (Youtube) y la telefon?a gratuita por internet (Skype, Google Hangouts) han creado una nueva categor?a de realidad que abarca voyeurismo y exhibicionismo, consumismo, y la m?s elemental noci?n de pertenencia a una comunidad.

Una de las ?ltimas tendencias que lo encarnan ser?an los llamados ?haul videos?. Chicas (sobre todo) que llegan a su cuarto con las bolsas del ?shopping?, se conectan con amigos por Google Hangouts o Skype y van abriendo y prob?ndose la ropa. Explican d?nde lo han comprado, ense?an la etiqueta del precio, y lo suben a Youtube. Sin salir de su habitaci?n, pueden seguir viendo tutoriales de c?mo lograr la sombra de ojos o d?nde salir a comprar los zapatos que faltan. Y todo ello, cada vez m?s, sin tener que echar mano de un teclado.

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