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Duras críticas al gobierno argentino por el desastre ferroviario de hace un año

Líderes sociales y familiares de las víctimas del accidente ferroviario de la terminal Once de Buenos Aires, uno de los mayores de la historia argentina, con 51 muertos y más de 700 heridos, criticaron duramente el viernes al gobierno en un acto de homenaje al cumplirse un año del desastre.

"Todos los integrantes del gobierno tienen alguna responsabilidad por lo sucedido, por haber dejado hacer o haber mirado para otro lado", dijo María Luján Rey, madre del joven Lucas Menghini, fallecido en la tragedia.

La mujer leyó junto a su esposo, Paolo Menghini, un extenso documento ante miles de personas que se reunieron en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, en el que criticaron duramente al gobierno y a la presidenta Cristina Kirchner. "Recién a tres días de que se cumpla el año, la presidenta se acordó de nosotros con un mensaje más hiriente que el propio silencio, con un abrazo solidario tardío. Pero nuestro dolor no es un sólo mal momento de la vida, como expresó en su discurso, sino producto de la inacción de su propio gobierno", señaló María Luján Rey.

La justicia ha decidido elevar a juicio oral la causa en la que están acusados exsecretarios gubernamentales de Transporte y empresarios que manejaban la concesión privada del servicio ferroviario por los delitos de "estrago doloso y administración fraudulenta", en tanto que el maquinista está inculpado de "conducta imprudente".

"Justicia", "Cárcel a los culpables", "La corrupción mata" eran algunas de las pancartas que levantaban los participantes del acto, convocado por los familiares de las víctimas y al que se adhirieron partidos políticos y organizacione sindicales y sociales de oposición.

En el acto en la Plaza de Mayo se dirigieron a la multitud familiares de las víctimas y reconocidos dirigentes, como el Premio Nobel de la Paz (1980) Adolfo Pérez Esquivel. "La desidia, los intereses económicos, políticos, el silencio que nos lleva a la impunidad, no podemos desconocerlos. Nunca más impunidad en el país", dijo Pérez Esquivel, premiado por la defensa de los derechos humanos durante la última dictadura (1976-83).

La Auditoría General de la Nación (inspección de justicia), con respaldo de la oposición, ha acusado al gobierno de Kirchner de un progresivo deterioro de los servicios ferroviarios y la falta de inversión que originaron numerosos accidentes, entre ellos el de la llamada "Tragedia de Once".

"Vine a traer la solidaridad de las Madres, que muy discretamente estuvimos acompañando. Tengo que decir que no estoy de acuerdo con las palabras de la presidenta, lo lamento", dijo Nora de Cortiñas, líder de la Asociación Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, enfrentada con el sector progubernamental que encabeza Hebe de Bonafini.

Kirchner había dicho el jueves en un acto público que sabía lo que es perder "a un ser querido", por su fallecido esposo, el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), y que "la justicia va a determinar responsabilidades", expresiones que los familiares rechazaron al abuchear a la presidenta cuando se la mencionó el viernes.

"No fue una fatalidad ni un accidente, sino un crimen social largamente anunciado. Que el crimen no quede impune", había dicho por la mañana el actor Manuel Callau, líder de una ONG, en un mensaje ante decenas de familiares reunidos en el andén donde el 22 de febrero de 2012 un tren abarrotado con casi 2.000 pasajeros no se detuvo a tiempo y se estrelló contra el paragolpes de la estación.

A las 08H32 (11H32 GMT), la hora exacta del choque del tren, los familiares de las víctimas elevaron hacia el cielo rosas rojas y candelas, y pronunciaron emotivos discursos entre llantos y sollozos.

El acto contó con el apoyo de numerosas y reconocidas figuras del ambiente artístico, como la actriz Cecilia Roth y el músico León Gieco.

La estación Once es la cabecera del ramal Sarmiento, que une Buenos Aires con su poblada periferia oeste y transporta a diario a unos 250.000 pasajeros.

El servicio pasó a manos del Estado después de la tragedia de 2012, cuando Kirchner puso fin a una concesión privada otorgada en 1995 por el gobierno de Carlos Menem (1989-1999).

El accidente de Once fue el tercero más grave de la historia ferroviaria argentina, después del ocurrido en la localidad de Benavídez (periferia norte de Buenos Aires), con 236 muertos en 1970, y del registrado en la provincia de Santa Fe (centro-este), con 55 fallecidos en 1978.


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