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A 3 años de sismo en Chile, avanza reconstrucción y emerge cultura de prevención

Tres años después del megaterremoto que azotó el centro y sur de Chile dejando más de 500 muertos, la reconstrucción está casi completa y ha emergido una nueva cultura de prevención, aunque sigue pendiente un sistema de monitoreo más sólido.

El sismo de 8,8 grados, considerado el sexto peor de la humanidad, sacudió Chile la madrugada del 27 de febrero de 2010, seguido de un tsunami que devastó las costas del centro-sur del país, arrasando con poblados completos.

El terremoto se sintió a las 03H34 y tuvo como epicentro Cobquecura, un pequeño poblado en la costa de la región del Biobío, a unos 500 km al sur de Santiago.

A tres años de la tragedia, el gobierno del presidente Sebastián Piñera -que inició su mandato 10 días después del terremoto, cuando aún se sentían fuertes réplicas- cifró en un 87% el avance global de la reconstrucción, tras pérdidas valuadas en 30.000 millones de dólares (equivalentes al 18% del PIB).

El cálculo oficial considera que ya se ha reconstruido el 79% de las 220.000 viviendas destruidas, el 99% de la infraestructura de carreteras, el 75% de edificaciones públicas dañadas y el 98,5% de las instalaciones hospitalaria.

Pero organizaciones ciudadanas cuestionaron las cifras oficiales y exigieron una "auditoría externa" del balance.

En una declaración pública, el Movimiento Nacional por una Reconstrucción Justa afirmó que, del total de viviendas comprometidas, sólo el 63% estaban acabadas y explicó que el gobierno abultó las cifras sumando "obras terminadas con las iniciadas y con las que faltan por iniciar", sin distinguir entre reparaciones y reconstrucciones.

El martes, Piñera inauguró la Villa Horizonte, un conjunto de viviendas que alberga a la mitad de las familias que tras el terremoto fueron ubicadas en la aldea de emergencia El Molino, del balneario de Dichato, arrasado casi por completo por el tsunami y cuyo borde costero también fue reforzado.

En pequeñísimas y precarias viviendas de emergencia, sin baños y espacios compartidos, como El Molino, fueron levantadas tras el sismo otras 106 aldeas provisionales que llegaron a acoger a casi 4.000 familias, las más afectadas por la tragedia, que costó la vida a 526 personas y aún mantiene a 25 desaparecidas.

Pero quizás el mayor avance desde esa fecha es la emergencia de una nueva cultura de prevención en Chile, uno de los países más sísmicos del mundo, donde cada día son perceptibles una decena de terremotos.

"Hay un antes y un después del 27 de febrero en cuanto a la cultura de prevención", dice a la AFP Alan Breinsbauer, de la Sociedad Chilena de la Psicología de Emergencia.

El "gran aprendizaje" que hicieron los chilenos es asumir que "por el hecho de vivir en Chile, es probable que nos toque vivir un terremoto, y uno tiene que estar preparado tanto a nivel individual, como a nivel familiar", agrega.

La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) ha puesto en práctica un programa de prevención que ha incluido frecuentes simulacros de emergencias en varias ciudades del país, mientras se multiplican en las zonas costeras los carteles que indican las áreas de evacuación. Familias, colegios y otras instituciones se preparan también de forma doméstica para una nueva tragedia.

"El terremoto del 27 de febrero creó una mayor conciencia a nivel preventivo de cómo se debía reaccionar", explica a la AFP Gabriela Zamorano, de la organización Psicólogos Voluntarios de Chile.

"Emocionalmente, uno se puede proteger de un terremoto teniendo más información y sabiendo cómo reaccionar con la familia. Mantener el control proporciona tranquilidad", agrega.

Hace tres años la mayor destrucción fue provocada por el tsunami que siguió al terremoto y que fue descartado tempranamente por el saliente gobierno de Michelle Bachelet, en base a informes erróneos emanados de la Marina y que hoy son objeto de una investigación judicial.

Bachelet, la más segura candidata de la oposición a las elecciones presidenciales de noviembre, ha tenido en este tema un flanco constante de críticas, aunque su responsabilidad directa fue descartada en un juicio aún en curso.

Piñera anunció este miércoles compensaciones económicas para las víctimas del tsunami debido a la responsabilidad que tuvo al Estado al descartar tempranamente el alerta.

"Si bien nunca vamos a devolverles los seres queridos, podemos contribuir con ayudas especiales a remediar el olor y ayudarlos a reconstruir sus vidas", dijo Piñera, sin ahondar en los montos involucrados.

A nivel de infraestructura, el último terremoto demostró que Chile está un paso adelante en esta materia. En Santiago, que cuenta con seis millones de habitantes, sólo un 0,3% de los 10.000 edificios construidos en ese entonces sufrió daños, como consecuencia de la puesta en marcha de rigurosas normas de construcción y una innovadora tecnología de disipación sísmica.

No obstante, hay carencia en el sistema de monitoreo de sismos.

La Red Sismológica de la Universidad de Chile, encargada de monitorear la actividad sísmica de todo el país, advirtió recientemente que el sistema presenta "una fragilidad preocupante" por la falta de recursos económicos.

Respecto a febrero de 2010, la red cuenta hoy con 11 estaciones menos de monitoreo, debido a robos o falta de mantenimiento. El gobierno comprometió la entrega de mayores recursos.


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