Cualquier persona que est? en la calle en ese momento ser? tambi?n fotografiada le guste o no. Google Street View proporciona mapas de ciudades de todo el mundo con im?genes panor?micas de la v?a p?blica que un coche de Google capta en sus recorridos. Con cada vez m?s ciudades fotografiadas, La empresa ha chocado en estos ?ltimos a?os con diferentes leyes de privacidad e intenta subsanar cualquier ilegalidad borrando las caras de los viandantes y las matr?culas de los coches con un sistema que tiene fallos.
Paolo Cirio (Italia, 1979) le echa un pulso a Google con el proyecto de arte urbano Street Ghosts (Fantasmas callejeros). El artista busca a los peatones captados incosncientemente por la macrocorporaci?n, reproduce la imagen a tama?o natural y coloca el cartel troquelado en el mismo lugar en que encontr? a la persona en el mapa original. Las figuras se convierten en fantasmas ef?meros, susceptibles de desaparecer pronto, arrancados o cubiertos por anuncios.
Las figuras humanas muestran a viandantes corrientes hablando por el m?vil, con las manos en los bolsillos, ajenos a la c?mara. Muchas veces el sistema de la aplicaci?n para borrar los rostros es inexacto y deja visible la identidad de la persona. Cirio encuentra especialmente gratificante esos fallos y los exhibe en algunos de los carteles del proyecto.
Declara que su "arte preparado" es simplemente una utilizaci?n art?stica de la informaci?n reunida por la empresa y es m?s que consciente de estar infringiendo el copyright de las im?genes utiliz?ndolas "sin autorizaci?n": "He invertido el acto. He utilizado fotos de individuos a los que Google no pidi? permiso y las he puesto en paredes p?blicas".
Son esclavos fantasmag?ricos atrapados para siempre en un mundo digitalEn una iniciativa que piensa continuar y extender animando a los internautas a que le propongan lugares para abandonar nuevas figuras, ya ha colocado sus "sombras callejeras" en Berl?n, Londres y Nueva York, siempre en paredes libres en las que se permite pegar carteles. Cirio ve las reproducciones de personas borrosas como "v?ctimas al azar" de una guerra entre empresas que buscan hacerse con el control de nuestra intimidad y nuestros h?bitos. "Se supone que la gente no debe salir en estas fotos, pero lo hacen (...) Son esclavos fantasmag?ricos atrapados para siempre en un mundo digital".