Un acto más político- opositor que masivo:
El acto con el que Hugo Moyano cerró su primer año en la oposición después de
nueve de alianza con el kirchnerismo, se convirtió en una manifestación de sectores políticos opositores por encima de las demandas estrictamente laborales.
Como sucede desde el acercamiento de la CGT opositora con la CTA de Pablo Micheli, los principales ejes unificadores de la convocatoria volvieron a ser: el aumento o la eliminación del mínimo a partir del cual los asalariados pagan Ganancias; el 82 por ciento móvil para los jubilados y la universalización de las asignaciones familiares. Sobre el final de su discurso, Moyano sumó otros dos reclamos a la Presidenta, con los que buscó llegar con su mensaje a los sectores medios: terminar con la inflación y atender “la inseguridad que sufrimos todos los argentinos”.
Comparativamente con los realizados en el último año, el acto perdió en convocatoria numérica. Lejos estuvo de las 50 mil personas que reunió en diciembre de 2011 en el estadio de Huracán cuando rompió con Cristina Fernández y renunció a su cargo en el PJ. Tampoco estuvo cerca del Congreso que lo ratificó al frente de la CGT opositora en el miniestadio de Ferro. Y la concurrencia rondó la que a principios de octubre marcó el inicio de la unidad en la acción con Micheli y Pablo Moyano en Plaza de Mayo.
Por supuesto que el número de personas que concurrió ayer ni remotamente se aproximó a la “multitud” que prometió Moyano, ni a las “500.000 personas” que pronosticó Micheli. Fortalecidos por la contundencia del paro nacional con piquetes y cortes del 20 de noviembre, confiaban en sumar a sectores medios descontentos con el Gobierno, muchos de ellos partícipes de los “cacerolazos” de octubre y de noviembre. Pero los empleados que a la hora del acto salían de sus trabajos, tomaron distancia de la Plaza de Mayo, que quedó ocupada en menos de su mitad, a trazo grueso, por tres tercios: camioneros y sindicatos moyanistas; partidos de izquierda; CTA.
Pero lo que perdió en número, lo ganó en convocatoria política. Ninguno de los sectores de la oposición, salvo el PRO y el FAP, dejó de decir presente a nivel de sus dirigentes. Moyano lo hizo posible en la plaza, como lo viene haciendo en el Congreso (por caso, con el reclamo de una ley sobre Ganancias). He ahí su incipiente fortaleza en la política, un terreno en el que ya no oculta que tallará a partir de las legislativas de 2013.