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El 'libreto' de Luis Enrique, la mejor arma para encajar las piezas ... - El Confidencial

Primera rueda de prensa y primera demostración de que afronta el reto de su vida con convicción y plena seguridad en sí mismo. Luis Enrique todavía espera unas cuantas piezas para tener totalmente rematada la plantilla. El asturiano sabe que deberá cavilar lo suyo para encajar a todas, pero en el Celta ya ha demostrado que tiene cintura cuando debe cambiar el plan inicial. Su excelente temporada en el club puso de manifiesto que su ‘libreto’, bien aplicado por sus jugadores, ofrece garantías de éxito.


Apuesta habitualmente por un 4-3-3 y parece, a la vista de lo que tiene en la plantilla actual, que seguirá apostando por este dibujo. Messi, Neymar y Luis Suárez, a priori, parecen intocables y están llamados a formar el tridente ofensivo. Sin embargo, ya dejó claro ante los medios de comunicación que nada es intocable y que si debe hacer alguna variación, la hará sin pestañear. El estilo, y más en su caso, que sabe de sobra cuál es la filosofía del Barcelona, es innegociable, pero Luis Enrique ya ha avanzado que el 4-3-3 no es intocable.


"Para ser imprevisibles podemos utilizar diferentes dibujos, pero siempre siendo fieles a nuestro estilo. La capacidad de sorprender y de atacar los puntos más débiles a los rivales es lo que intentaremos, lo haremos sin ninguna duda y será muy habitual", señaló el técnico asturiano. En el Celta ya saben que tiene poco de inmovilista y en alguna oportunidad ha cambiado el plan inicial.


El Celta no daba un pelotazo y el Barcelona será igual. Pero ese 4-3-3 que tanto le gusta a Luis Enrique, en momentos determinados puede sufrir alguna modificación. Sin ir más lejos, la pasada temporada, cuando el equipo gallego visitó el Camp Nou, llamó la atención que en algún momento, a la hora de replegarse, la línea zaguera la formaban tres centrales. Algo que ya probó durante la pretemporada con el Celta.


Sobre la marcha, y dependiendo del desarrollo de los partidos, Luis Enrique retoca el plan inicial sin problemas. En el Celta le costó lo suyo implantar su método de trabajo, pero el espléndido final de temporada puso de manifiesto que su plan era el adecuado. Sus jugadores, primero algo molestos en algunos casos, acabaron aceptando su metodología. Sabían que en cualquier momento podrían pasar de estar en el campo al banquillo, y que en cualquier fase del partido a uno le podía tocar cambiar de trabajo en beneficio del equipo.


Otra parte fundamental de su manual de estilo es el de las rotaciones. En el Celta no tuvo problemas de variar el equipo de arriba abajo en una semana, lo que fue criticado por medios y afición en determinados momentos de la temporada. Con una plantilla corta como la celeste, Luis Enrique no dudaba a la hora de tomar este tipo de decisiones, provocando que nadie en el equipo se relajara lo más mínimo. El Barcelona es otra cosa porque hablamos de un vestuario con los egos propios de cualquier club grande, pero de su fuerte personalidad no se puede dudar a día de hoy. “Yo soy el líder del equipo”, dijo para poner las cosas claras.