Apenas dos gramos -1,95- de hueso han sido suficientes para obtener el ADN de un hom?nido m?s antiguo que se conoce. Puede parecer una peque?a cantidad, pero taladrar un f?mur f?sil de cerca de 400.000 a?os de antig?edad hasta obtener dos gramos de material del que extraer ADN es una apuesta arriesgada. En esta ocasi?n ha salido bien. Investigadores del Instituto Max Planck para la Antropolog?a Evolutiva (Alemania) y del yacimiento de Atapuerca acaban de publicar en la revista Nature uno de esos escasos trabajos que prometen revolucionar un campo de la ciencia en los pr?ximos a?os: la secuencia de ADN m?s antigua que se haya obtenido nunca de un hom?nido.
Y el hallazgo se ha logrado a partir de restos f?siles encontrados en la Sima de los Huesos del yacimiento burgal?s de Atapuerca, lo que sit?a a Espa?a en la cresta de la ola del estudio evolutivo de los parientes humanos m?s cercanos a escala global. ?Las condiciones de conservaci?n de la Sima de la Huesos son realmente extraordinarias?, explica a EL MUNDO Matthias Meyer, investigador del Instituto Max Planck de Antropolog?a Evolutiva y primer firmante de la investigaci?n. ?Va a ser dif?cil, y quiz? sea imposible, encontrar otro lugar en todo el mundo donde los restos de hom?nidos muy muy antiguos hayan estado conservados en condiciones tan constantes de humedad y de baja temperatura?, asegura Meyer.
Todos los investigadores involucrados en la investigaci?n coinciden en se?alar a la Sima de los Huesos como la verdadera joya mundial de la paleogen?tica. Y no es sencillo en un lugar como Espa?a, con un clima templado. Cualquiera hubiera pensado que ser?a m?s sencillo haber encontrado restos de material gen?tico bien conservados en otros lugares helados, como en el permafrost de Siberia.
Habr?a que tener el genoma completo para saber a qu? especie pertenece el hom?nido
Esta sima se encuentra en un pozo vertical de 13 metros de profundidad, situada 30 metros bajo la superficie terrestre y a m?s de 500 metros de la entrada m?s cercana de la cueva k?rstica -caliza- en la que se encuentra. La humedad es siempre constante y muy cercana a la saturaci?n -es decir la cantidad m?xima de vapor de agua que puede contener un metro c?bico de aire o un 100% de humedad- y la temperatura lleva m?s de medio mill?n de a?os sin moverse de los 10,6?C.
?Ojal? hubiera 40 simas de los huesos por el mundo, las condiciones son incre?bles, y la cantidad de f?siles que hay all? realmente marea... Solemos dar la cifra de que se ha extra?do el 1% de lo que hay, y ya me parece mucho?, asegura Jos? Mar?a Berm?dez de Castro, codirector de Atapuerca y uno de los autores del trabajo. A pesar del m?nimo porcentaje de material extra?do de Atapuerca, el yacimiento burgal?s es el punto m?s importante del planeta para este tipo de f?siles de hom?nidos.
Sin embargo, la excelente preservaci?n de los materiales f?siles de la Sima de los Huesos no impide que un ADN de cerca de medio mill?n de a?os de antig?edad se encuentre muy fragmentado en cadenas muy peque?as. ?En los f?siles de Atapuerca, pr?cticamente todos los fragmentos de material gen?tico est?n rotos en pedazos de menos de 50 pares de bases?, explica Meyer. Es ?til poner esto en comparaci?n con el tama?o de un genoma humano para tener una idea real de cu?n enorme es el reto de los investigadores para recomponer una secuencia que pueda aportar algo de informaci?n sobre la especie o sobre la evoluci?n de los antepasados humanos. La secuencia gen?tica humana completa tiene alrededor de 3.200 millones de pares de bases, y los fragmentos con los que ha trabajado el equipo cient?fico para este trabajo son de menos de 50 pares de bases, y muchos de ellos de menos de 30.
Es es el motivo por el que, de momento, s?lo se ha obtenido el ADN mitocondrial, el que contiene un peque?o org?nulo de la c?lula humana responsable de la respiraci?n a escala celular, llamado mitocondria. Este material gen?tico, como no se encuentra en el n?cleo celular [cuya informaci?n gen?tica es 50% de pap? y 50% de mam?] sino en el citoplasma (aportado en la formaci?n del embri?n por el ?vulo materno), es transmitido en todo caso por v?a materna.
El menor tama?o de este tipo de ADN comparado con el nuclear hace m?s sencilla la labor de reconstrucci?n del genoma. Pero tambi?n permite compararlo con otros materiales gen?ticos mitocondriales obtenidos de otras especies, o al menos de otros restos f?siles m?s recientes, como los neandertales o los denisovanos, una especie del g?nero Homo identificada en Siberia casi exclusivamente gracias a restos de ADN.
De hecho, una de las conclusiones -m?s bien son a?n hip?tesis- principales del estudio es acerca del origen del hom?nido de la Sima de los Huesos, que a?n no ha podido ser clasificado dentro de ninguna de las especies de hom?nidos conocidas hasta la fecha. ?Si nunca se hubieran encontrado los denisovanos estar?amos ahora convencidos de que se trata de una especie cercana a los neandertales?, explica Berm?dez de Castro. Sin embargo, el an?lisis comparativo sit?a el ADN mitocondrial encontrado m?s cerca de los denisovanos que de los neandertales, mientras los rasgos morfol?gicos, el aspecto f?sico, es mucho m?s parecido al de neandertales.
La gran pregunta es ?c?mo pudo llegar el ADN mitocondrial de los denisovanos a un individuo mucho m?s parecido a los neandertales? El estudio lanza tres posibles hip?tesis, pero el equipo espa?ol se inclina en mayor medida por una de ellas. La hibridaci?n entre una madre denisovana y un padre neandertal que dio lugar al hom?nido encontrado en la Sima de los Huesos de Burgos.
?Este es un resultado inesperado para nosotros?, dice Berm?dez de Castro. ?Pero la evoluci?n humana en Eurasia es complej?sima. Hay cruces e hibridaciones que no se han tenido en cuenta. Es una historia de un mill?n de a?os y han pasado muchas cosas?, concluye.
Los investigadores han logrado descifrar una parte de su ADN, pero para poder aclarar de qu? especie se trata o cu?l ha sido su historia evolutiva con mayor detalle, es necesario dar un enorme salto t?cnico y cient?fico hasta lograr el genoma completo, el ADN nuclear.
?Necesitar?amos secuenciar al menos una parte del material gen?tico nuclear para determinar con rigor su posici?n en el ?rbol evolutivo humano?, dice Meyer. Para el equipo espa?ol que firma el art?culo, liderado por los codirectores de Atapuerca Juan Luis Arsuaga, Berm?dez de Castro y Eudald Carbonell -con quien este diario no ha podido hablar porque se encuentra incomunicado en una excavaci?n de Eritrea- el genoma completo puede albergar muchas de las respuestas m?s importantes. ?Eso est? fuera de nuestro alcance ahora. Pero estamos al principio de un gran proyecto cient?fico con el equipo de Juan Luis Arsuaga para completar el puzle juntos. Es un momento excitante y todos estamos dedicados en cuerpo y alma, as? que qui?n sabe lo que el futuro nos puede deparar...?, concluye Meyer.