Estados Unidos evitó hoy, en el último minuto, las temidas consecuencias del llamado "precipicio fiscal", con un acuerdo bipartidista que aumentará los ingresos del estado pero que aplaza las decisiones más difíciles sobre la reducción del gasto público y la deuda.
Por primera vez en veinte años, el Congreso estadounidense autorizó hoy finalmente con el apoyo de ambos partidos una subida de impuestos para los más ricos.