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El fiscal pide al TS confirmar la pena al etarra Lorente por depósito de explosivos

Madrid, 23 ene (EFE).- El fiscal Álvaro Redondo ha pedido hoy en el Supremo que se confirme la pena de 8 años y medio de cárcel impuesta al etarra Aitor Lorente por depósito de armas y explosivos, al entender que las huellas suyas encontradas en un piso franco del "comando Vizcaya" sustentan suficientemente su condena.

Así lo ha expuesto el fiscal ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo durante la vista del recurso interpuesto por Lorente contra esta condena de la Audiencia Nacional, que le fue impuesta tras ser entregado temporalmente a España desde Francia, donde fue condenado en noviembre de 2011 a cuatro años de prisión por sus actividades en el aparato militar de ETA.

En la vista, su abogada ha alegado que las huellas dactilares de Lorente halladas en el piso de la calle Santutxu de Bilbao utilizado por el "comando Vizcaya" como base logística, en concreto en la habitación en la que se almacenaban explosivos y armas, se encontraron únicamente en tres objetos de "menaje" (un tupper, un "aflojatodo", y una tapa de cassette).

Al no haberse hallado huellas ni en los explosivos ni en las armas ni en otro lugar de la habitación, la defensa del etarra ha considerado "arbitraria" la conclusión del tribunal de su autoría en el depósito de armas y explosivos.

Ha recordado además que en el piso fueron halladas huellas de otros dos miembros del "comando Vizcaya" y en ninguno de los dos casos se les condenó por estos hechos, lo que también ha calificado de contradictorio con la condena de su cliente.

La abogada ha hecho referencia, fundamentalmente, a la absolución en este mismo procedimiento del etarra Jesús María Puy Lecumberri, cuyas huellas dactilares figuraban en un manual para la confección de explosivos encontrado en la misma estancia en la que estaba el material explosivo.

La Audiencia Nacional le absolvió al entender que el cuaderno era un objeto "móvil" que cualquiera podía haber dejado ahí y por ello la defensa de Lorente ha argumentado que ese mismo "razonamiento valdría para absolver" a su cliente porque los objetos en los que se encontraron sus huellas también eran móviles y no tienen por qué tener relación con los explosivos.

A estas alegaciones, el fiscal ha contestado que el problema no son los objetos sino el lugar en el que se encontraron, una habitación reservada, cerrada con llave.

El representante del Ministerio Público ha rechazado también que la Audiencia Nacional "tergiversara" la prueba de las huellas y ha destacado además que ese no es el único elemento probatorio contra Lorente, ya que también consta el contrato de arrendamiento suscrito por él y su propio reconocimiento de estar integrado en ese comando.

La Audiencia Nacional consideró probado que Lorente "tenía acceso a todas las dependencias de la vivienda alquilada a su nombre, empleada por el 'comando Vizcaya', incluyendo la habitación cerrada con llave que guardaba la pistola, cartuchos, amonal, pólvora y el restante material electrónico y mecánico útil para la fabricación de explosivos, sobre los que tenía disponibilidad".

Lorente Bilbao se integró en ETA en 1996 y pasó a formar parte del "comando Vizcaya" hasta que éste fue desarticulado el 23 de septiembre de 1997, momento en el que abandonó su domicilio familiar y pasó a la clandestinidad hasta su detención en junio de 2007 en la localidad gala de Bagnères-de-Bigorre.


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