El Gobierno egipcio "debe dar órdenes claras a las fuerzas del orden que vigilan las protestas para que respeten la libertad de reunirse de forma pacífica y eviten el uso excesivo de la fuerza", afirmó una portavoz de la organización humanitaria en un comunicado.
La subdirectora para Oriente Medio y Norte de África de Amnistía, Hassiba Hadj Sahraoui, sostuvo que "el recurso a la violencia que han utilizado algunos manifestantes no otorga un cheque en blanco a la policía para disparar y abatirles".
El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, ordenó ayer el toque de queda y el estado de emergencia durante treinta días en las provincias de Port Said, Suez e Ismailiya, en el noreste del país, afectadas desde el viernes por disturbios y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden.
En el segundo aniversario de la revolución que derrocó al presidente Hosni Mubarak estalló una espiral de violencia después de que un tribunal recomendara la pena de muerte para 21 acusados de participar el pasado febrero en la masacre de 74 personas en un estadio de fútbol local.
Según AI, existen "testigos que han presenciado un uso excesivo de la fuerza, incluyendo algunas acciones en las que los cuerpos de seguridad han utilizado una fuerza letal cuando no era estrictamente necesario".
"Todo esto se produce en un contexto de décadas en las que las fuerzas de seguridad han operado con impunidad en Egipto. En algunos casos incluso ha habido impunidad con asesinatos", relató Hadj Sahraoui.