Mediador de la ONU, pesimista con el futuro de Siria
El enviado de la Liga Arabe y de la ONU para Siria, Lajdar Brahimi, se mostró pesimista respecto a una salida al conflicto armado que envuelve a ese país y advirtió que es "prácticamente imposible" que se llegue a una solución diplomática.
En una entrevista emitida hoy por la cadena BBC y reproducida por la agencia de noticias Europa Press, Brahimi lamentó también que "no se esté haciendo demasiado" para acabar con el problema.
"Soy consciente de lo difícil del problema, que es prácticamente imposible" de solucionar, declaró Brahimi. "No puedo decir que sea imposible, pero sí es prácticamente imposible", agregó lacónico, según reflejó también la agencia de noticias Europa Press.
"No estamos haciendo demasiado, lo cual supone, en sí mismo, un peso terrible", lamentó el diplomático argelino, quien reemplazó en el cargo el pasado mes de agosto a Kofi Annan.
No obstante, Damasco anunció que cooperará con Brahimi igual que hizo con Annan. "Lo escucharemos y él a nosotros", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores, Jihad Makdissi, en una entrevista concedida a una emisora libanesa pro Siria.
"Nosotros lo intentamos con el señor Kofi Annan (...) los motivos del fracaso de su plan no están en Siria. El principal motivo fue la falta de consenso internacional", dijo el vocero.
Intervención militar descartada. Brahimi, quien visitará El Cairo y Damasco este mes para reunirse con funcionarios del gobierno y la Liga Arabe, había descartado ayer una intervención militar en el país, pero conminó al Gobierno sirio a que "acate las demandas de cambio de su pueblo".
"Una interferencia militar en Siria significaría el fracaso de los esfuerzos diplomáticos" señaló Brahimi en una entrevista concedida ayer a la cadena panárabe Al Arabiya.
"Para mí, esta opción no está disponible y personalmente, creo que no ocurrirá ni hoy, ni mañana, ni pasado mañana", sentenció en la víspera tras su primer día de trabajo en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
Violencia. Por otra parte, activistas rebeldes denunciaron hoy que las fuerzas del gobierno sirio cometieron una nueva masacre en las afueras de Damasco y colgaron imágenes online que muestran decenas de cuerpos apilados cubiertos de sangre.
Según su información, algunos murieron a manos de las tropas del presidente Bashar al Assad en el suburbio de Hazza.
En tanto, el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, informó que al menos 18 personas murieron cuando un avión de combate sirio bombardeó un edificio en la ciudad de Al Bab, en la convulsionada provincia de Alepo.
"Los 18 murieron en un solo ataque, entre ellos dos niños, una chica y un chico", dijo el director del grupo, Rami Abdul-Rahman.
Los Comités de Coordinación Local, un grupo de activistas que documenta la violencia en Siria, informó por su parte que el número de muertos en agosto alcanzó los 5.000, lo que lo convierte en el mes más sangriento desde el inicio del levantamiento contra Al Asad en 2011.