Vasco Szinetar y el arte de seducir para inmortalizar en la fotografía
"Como siempre, el amor es el culpable de todo; al menos de todas las buenas ideas", sentencia el venezolano Vasco Szinetar, a propósito del modo como creó su serie de fotografías Frente al espejo.
Era 1982, estaba en Nueva York y muy enamorado de la mujer que lo acompañaba en la cena. Se dio cuenta de que "quería robar la imagen de ella, de ambos, en ese momento preciso y precioso". Entonces, supo que solo a través de un espejo saldrían los dos en la foto, y como el único que tenían a la mano era el del baño del restaurante en el que estaban, la convenció a ella, tomó su cámara de rollo, sin zoom ni soporte, encuadró lo mejor que pudo hacerlo, enfocó y sin pensarlo más hizo clic.
"Fue completamente azaroso e incidental -asegura-. Hoy suena muy fácil porque todos lo hacen con los visores de las cámaras digitales, pero en ese momento fue un completo descubrimiento para mí poder retratarme con los demás y salir en la foto".
A esta le siguieron unas 400 fotos bajo el mismo concepto del espejo, el baño y el blanco y negro, con personalidades de la cultura. Sin embargo, la idea no se quedó en anécdota, sino que él le ha dado otros niveles.
Uno de ellos es mostrar a estos personajes desde una perspectiva diferente. "Los llevo a una situación extraña, insólita, particular, es como una aventura que permite calibrar su reacción cuando se confrontan al espejo", dice.
Y añade que como el espejo está vinculado al mito de Narciso, de acuerdo con la forma que sus retratados adquieren frente a él, revelan la vanidad que les genera su poder, que para Szinetar "no está ligado necesariamente a que ejerzan altos cargos, pero sí a que son figuras paradigmáticas, por sus ideas, opiniones y creaciones".
Hoy, cuando revisa su enorme archivo, reflexiona sobre el deterioro que causa el envejecimiento, no solo de los personajes a los que retrata, sino de sí mismo. "Esa conciencia del paso del tiempo, que es tan evidente en las fotos, es lo que me ha permitido ver el mayor valor de mis retratos", explica, pues está convencido de que este género fotográfico es una forma de trascendencia, que está ligado a la necesidad del individuo de permanecer después de la muerte.
En ese sentido, cree que aporta a la memoria y a la inmortalidad que quede de ellos con las fotos que les toma. Por eso, se esfuerza para que el momento esté cargado de magia y les crea una situación de disfrute, humor y juego, para que se entreguen al momento. "No siempre es fácil, pero ya me sé la regla de oro: seducirlos, como se seduce a una mujer cuando uno está enamorado", remata.
¿Quién es Vasco Szinetar?
Es venezolano, hizo estudios en cine y vive entre Bogotá y Caracas. Combina la poesía con la fotografía y actualmente trabaja en la serie 'Descoloridos', en la que reflexiona sobre el color. Se ha retratado con Ian McEwan, José Saramago, Mario Vargas Llosa, Roberto Bolaño, Juan Gelman y Elena Poniatowska.MELISSA SERRATO RAMÍREZ - CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
Era 1982, estaba en Nueva York y muy enamorado de la mujer que lo acompañaba en la cena. Se dio cuenta de que "quería robar la imagen de ella, de ambos, en ese momento preciso y precioso". Entonces, supo que solo a través de un espejo saldrían los dos en la foto, y como el único que tenían a la mano era el del baño del restaurante en el que estaban, la convenció a ella, tomó su cámara de rollo, sin zoom ni soporte, encuadró lo mejor que pudo hacerlo, enfocó y sin pensarlo más hizo clic.
"Fue completamente azaroso e incidental -asegura-. Hoy suena muy fácil porque todos lo hacen con los visores de las cámaras digitales, pero en ese momento fue un completo descubrimiento para mí poder retratarme con los demás y salir en la foto".
A esta le siguieron unas 400 fotos bajo el mismo concepto del espejo, el baño y el blanco y negro, con personalidades de la cultura. Sin embargo, la idea no se quedó en anécdota, sino que él le ha dado otros niveles.
Uno de ellos es mostrar a estos personajes desde una perspectiva diferente. "Los llevo a una situación extraña, insólita, particular, es como una aventura que permite calibrar su reacción cuando se confrontan al espejo", dice.
Y añade que como el espejo está vinculado al mito de Narciso, de acuerdo con la forma que sus retratados adquieren frente a él, revelan la vanidad que les genera su poder, que para Szinetar "no está ligado necesariamente a que ejerzan altos cargos, pero sí a que son figuras paradigmáticas, por sus ideas, opiniones y creaciones".
Hoy, cuando revisa su enorme archivo, reflexiona sobre el deterioro que causa el envejecimiento, no solo de los personajes a los que retrata, sino de sí mismo. "Esa conciencia del paso del tiempo, que es tan evidente en las fotos, es lo que me ha permitido ver el mayor valor de mis retratos", explica, pues está convencido de que este género fotográfico es una forma de trascendencia, que está ligado a la necesidad del individuo de permanecer después de la muerte.
En ese sentido, cree que aporta a la memoria y a la inmortalidad que quede de ellos con las fotos que les toma. Por eso, se esfuerza para que el momento esté cargado de magia y les crea una situación de disfrute, humor y juego, para que se entreguen al momento. "No siempre es fácil, pero ya me sé la regla de oro: seducirlos, como se seduce a una mujer cuando uno está enamorado", remata.
¿Quién es Vasco Szinetar?
Es venezolano, hizo estudios en cine y vive entre Bogotá y Caracas. Combina la poesía con la fotografía y actualmente trabaja en la serie 'Descoloridos', en la que reflexiona sobre el color. Se ha retratado con Ian McEwan, José Saramago, Mario Vargas Llosa, Roberto Bolaño, Juan Gelman y Elena Poniatowska.MELISSA SERRATO RAMÍREZ - CULTURA Y ENTRETENIMIENTO