El conservador David Cameron, un auténtico moderno musical
C. H.
Acostumbrados a oírles hablar sobre coaliciones, primas de riesgo, vetos, tratados y tasas de desempleo, sorprende descubrir que algunos de los políticos que protagonizan la actualidad informativa no solo poseen un amplio conocimiento musical, sino que son fans apasionados de las propuestas underground del momento.
Es el caso del primer ministro británico, David Cameron. El político conservador ha revelado en una entrevista al Daily Telegraph su gran afición por la música pop, y no precisamente por su vertiente más comercial: a Cameron le encanta Lana del Rey, la joven neoyorkina de largas pestañas postizas y voz grave que aspira a combinar el sabor onírico de las películas de David Lynch con el de la América profunda y los ritmos urbanos. En resumen, una moderna.
También el álbum Infinite Arms, de Band of Horses, figura en un lugar destacado en su discoteca. Se trata del último trabajo de ese trío barbudo surgido en 2004 de la misma ciudad que Nirvana (Seattle) y que ha logrado meterse en el bolsillo a la crítica indie con su rock de intensidad contenida.
En última instancia, Cameron reconoce que algunas propuestas superventas y líderes de radiofórmulas como Katy Perry o Bruno Mars "han infectado" su iPod. Casi pide disculpas por ello y señala a sus hijos como los principales culpables de haberle iniciado en esos gustos más mundanos.
No es el único político que oculta una afición musical poco convencional y considerada "selecta" por los medios especializados. En 2009, el socialista Patxi López publicaba elranking de sus canciones favoritas en las páginas de la revista Rolling Stone. Quien le hubiera seguido antes en su blog, ya debía conocer que el lehendakari era un coleccionista incansable de CD y vinilos, pero citar a bandas poco conocidas del panorama español como los quejicosos Manos de Topo, a los energéticos estadounidenses Yeah Yeah Yeahs o a referencias internacionales no anglosajonas como Jacques Brel le valió el respeto de los entendidos para siempre.
También el popular Jorge Moragas, amado platónicamente por Thais Villas, desveló en unas declaraciones para El Intermedio su pasión por el movimiento mod, liderado por The Who.
"Los políticos somos personas normales, tenemos nuestras pasiones y aficiones y aunque a la gente le pueda extrañar, a un político le puede gustar la música, y no tiene por qué ser necesariamente clásica", había explicado antes López.
Sin embargo, no todos sus compañeros estaban tan al día de la actualidad musical. Una encuesta realizada por Rolling Stone concluía que los artistas favoritos de los diputados eran los ya clásicos Joan Manuel Serrat, Rolling Stones, Bruce Springsteen, U2 y los desaparecidos Mecano.
Antes, algunos como Gaspar Llamazares o Rosa Díez desvelaban en el blog Entrada gratuita sus debilidades: jazz (el primero) y Joaquín Sabina (la segunda).
- El primer ministro británico ha confesado a un diario su afición al pop de corte independiente que facturan artistas como Lana del Rey o Band of Horses.
- Con anterioridad, otros políticos como Patxi López sorprendieron por unos gustos musicales de corte alternativo.
- Blog 'Entrada gratuita': ¿Qué escuchaban Llamazares, Rosa Díez...?
Acostumbrados a oírles hablar sobre coaliciones, primas de riesgo, vetos, tratados y tasas de desempleo, sorprende descubrir que algunos de los políticos que protagonizan la actualidad informativa no solo poseen un amplio conocimiento musical, sino que son fans apasionados de las propuestas underground del momento.
Es el caso del primer ministro británico, David Cameron. El político conservador ha revelado en una entrevista al Daily Telegraph su gran afición por la música pop, y no precisamente por su vertiente más comercial: a Cameron le encanta Lana del Rey, la joven neoyorkina de largas pestañas postizas y voz grave que aspira a combinar el sabor onírico de las películas de David Lynch con el de la América profunda y los ritmos urbanos. En resumen, una moderna.
También el álbum Infinite Arms, de Band of Horses, figura en un lugar destacado en su discoteca. Se trata del último trabajo de ese trío barbudo surgido en 2004 de la misma ciudad que Nirvana (Seattle) y que ha logrado meterse en el bolsillo a la crítica indie con su rock de intensidad contenida.
En última instancia, Cameron reconoce que algunas propuestas superventas y líderes de radiofórmulas como Katy Perry o Bruno Mars "han infectado" su iPod. Casi pide disculpas por ello y señala a sus hijos como los principales culpables de haberle iniciado en esos gustos más mundanos.
No es el único político que oculta una afición musical poco convencional y considerada "selecta" por los medios especializados. En 2009, el socialista Patxi López publicaba elranking de sus canciones favoritas en las páginas de la revista Rolling Stone. Quien le hubiera seguido antes en su blog, ya debía conocer que el lehendakari era un coleccionista incansable de CD y vinilos, pero citar a bandas poco conocidas del panorama español como los quejicosos Manos de Topo, a los energéticos estadounidenses Yeah Yeah Yeahs o a referencias internacionales no anglosajonas como Jacques Brel le valió el respeto de los entendidos para siempre.
También el popular Jorge Moragas, amado platónicamente por Thais Villas, desveló en unas declaraciones para El Intermedio su pasión por el movimiento mod, liderado por The Who.
"Los políticos somos personas normales, tenemos nuestras pasiones y aficiones y aunque a la gente le pueda extrañar, a un político le puede gustar la música, y no tiene por qué ser necesariamente clásica", había explicado antes López.
Sin embargo, no todos sus compañeros estaban tan al día de la actualidad musical. Una encuesta realizada por Rolling Stone concluía que los artistas favoritos de los diputados eran los ya clásicos Joan Manuel Serrat, Rolling Stones, Bruce Springsteen, U2 y los desaparecidos Mecano.
Antes, algunos como Gaspar Llamazares o Rosa Díez desvelaban en el blog Entrada gratuita sus debilidades: jazz (el primero) y Joaquín Sabina (la segunda).