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Desvirtualizar

Javier Úbeda es quien está detrás del excelente blog El Ventanuco, otro miembro más delRat Blogs Pack y, como todos ellos, gran persona y mejor amigo.

Desvirtualizando…
Vivimos en un mundo tan loco, tan acelerado, tan inestable, que el pasado casi siempre es ayer mismo. Porque fue ayer mismo, o casi, cuando el fenómeno blog eclosionó en España arrasando conceptos y relaciones. Creando una forma de comunicación horizontal inédita e ilusionante. Fue ayer, o casi, cuando miles de personas distantes y distintas comenzaron a comunicarse en masa, a crear comunidades, a enlazarse, a pensar de una forma colectiva y nueva en miles de conversaciones paralelas. Y fue tan brutal el fenómeno, tan fresco, tan potente, que durante algún tiempo llegó a poner en un brete a la prensa tradicional. Los bloques de comentarios de los blogs, embriones auténticos de las actuales redes sociales, eran hervideros de ideas, de inquietudes, de iniciativas. Conceptos como troll, neme, enlace, comunidad, constituyeron en si mismos el inicio de la revolución que vino después. Sin aquella generación de bloggers pioneros, hoy no tendríamos twitter, ni 15M, ni pitos, ni flautas, ni perroflautas.
Y digo todo esto para poner las cosas en su sitio. Reivindicar el papel histórico indiscutible de los blogs y su brillo deslumbrante durante un lustro. Para poner en su lugar al Pito Doble, punta de lanza de toda aquella movida. Un blog indiscutible e indiscutido. Catalizador de tantas cosas, puente entre gurús y recién aterrizados. Una bitácora puntera, fresca, omnipresente en la época dorada de las bitácoras.
Y dicho todo esto, me quedo con un concepto nacido de aquel tiempo, que no fue ayer, pero casi. Me quedo con la maravilla que fue, que sigue siendo ahora en twitter y otras redes, poder desvirtualizar. Saber que detrás de esos inmensos magos de Oz, también había personas diminutas, como en el cuento. Gente corriente, que no insignificante. Personas maravillosas. AMIGOS. Con caras, con inquietudes, con deseos, con problemas, con vidas propias. Me quedo con cada momento vivido con todos ellos. Cada risa, cada juerga, cada preocupación compartida…
Si es un cierre definito, o una pausa, el tiempo lo dirá. En cualquier caso, ocurra lo que ocurra, yo me quedo con vosotros…
¡Salud amigos!