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AUTOESTIMA DEL VENEZOLANO (II/II)

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Carlos Mora V
Un perdedor no se compromete y siempre dice, hago mi trabajo y ya eso es bastante
Manuel Barroso en su análisis nos  indica que en Venezuela hay dos tipos de venezolanos.
Son diferencias esenciales de triángulos, de procesos, de autoestima, de maneras de ser, sentir y pensar que crean la dualidad, las paradojas, la no ecología, la no conciencia, lo asistémico en carne viva, porque hay venezolanos enterrados en su negación de crecer y hay venezolanos creyendo en el derecho a ser, poder y tener.
Se señala, que cuando se comenta sobre valores y normas, se está refiriendo al desarrollo ético del venezolano. Es imposible, con tanta confusión, tener claridad y poder definir cuáles son los verdaderos valores y la esencia ética del venezolano.
Los valores del venezolano procedieron de diferentes fuentes.
El venezolano marginal dice una cosa y hace otra. Total, que el venezolano vive informalmente, dualmente, entre el valor y el no valor, lo ético y lo no ético.
Nuestro sistema educativo ha perdido visión y mística. Todo nuestro sistema educativo es marginal. Los programas, los sueldos, los sitios de trabajo, lo recursos, la preparación y la atención del personal como personas dignas. Educar es descubrir potencialidades y orientarlas hacia lo concreto del país. Para educar hace falta haber sido educado, haber crecido. Hay maestros con mística a quienes debemos reconocimientos y los hay de visión y autoestima.
El venezolano debe tomar conciencia  de que la educación y crecimiento sería lo único que haría romper su existir y sentir marginalmente.
El venezolano, con conciencia de sí mismo y de contexto social, está encontrando más y más alternativas para enfrentarse a todo lo que llamaríamos maltrato generalizado: "paquetes económicos", "inflación", "operativos policiales", círculos de estudio, entrenamiento,  cooperativas, educación continua, grupos de acción, educación popular. . . Cambiaron las necesidades, los contextos y los comportamientos. El venezolano se ha quedado detenido, desatendido y desesperanzado.
Se nos agrega, que cuando no existe una conciencia clara de las necesidades y de capacidades propias, resulta difícil saber qué camino agarrar, cuál dirección darle a la vida, que cosas concretas se quiere, con el fin inmediato de optimizar la vida, vivir.
El venezolano vive a la intemperie. No planifica, ignora recursos y alternativas. Le interesa más la posesión de algo que ser dueño de sí mismo. El venezolano, olvidado de sí, no visualiza cómo será dentro diez, quince años.
En cuanto a objetivos de país.
 Se hace referencia , que Venezuela es un pueblo llamado a grandes destinos... ha habido siempre en Venezuela la convicción de que se va  a realizar algo grande... nuestro pueblo habiendo ya jugado un papel en la historia, podrá hacer grandes cosas.... Nos hemos contentado con la retórica, con ver el porvenir en el papel de imprenta. (Adriani, A, 1937,285).
 No obstante se comenta y se percibe, que el país ha ido ha la deriva, con planes de emergencia, con operativos, con una gerencia sintética basada en la informalidad misma de nuestro acontecer. Se da mucha la improvisación. Se manifiestan grandes contraposiciones en la actuaciones de sus gobernante, se nota poca unidad integración total del su gente en pro de sacar al país adelante. Mucha división, oposición que deja mucho que decir, ausencia de liderazgo, cultura política.
Definitivamente se comenta, que la autoestima del venezolano incide dentro de su desarrollo social, ya que cada persona satisface sus necesidades dentro de un contexto específico. Las necesidades individuales exigen un contexto  individual. Las de pareja, un contexto de pareja. Las necesidades de familia requieren el familiar, las organizacionales el contexto organizacional y las necesidades sociales, un contexto social. (Barroso, M. 1987,143).
Imposible se dice,  vivir fuera del contexto. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, y aún dormidos, estamos dentro de un contexto. Pasamos de un contexto a otro, en transiciones permanentes, sin percatarnos de que la única manera de que nuestras necesidades sean atendidas es estar en contexto. El estar fuera de contexto implicaría alteraciones en las formas como nos relacionamos con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.-
Cada contexto consta de ocho elementos: tiempo, espacio, mapas, otro, recursos, alternativas, valores y normas. Estos elementos son comunes para los diferentes contextos, pero relacionándose con distintos tipos de necesidades: individuales, de pareja, familiares, organizacionales, de comunidad, de modos diferentes y formando distintas configuraciones, con diversos resultados. Si uno de los elementos integrantes falla, todo el sistema contextual falla, si uno de los contextos colapsa, el sistema total colapsa, originándose trastornos en la persona. Se registrarán trastornos a diferentes niveles: fisiológico, químico, emocional, social. El desarraigo, la marginalidad, la no conciencia, la no identidad son expresiones de desajustes contextuales.
El contexto social nos habla de dualidad: el 80% de los venezolanos que vienen de la destriangulización, con dificultades de arraigo, de identidad, de relacionarse y de socializar, se ahogan sin poder llegar a estructurar otros contextos. Ellos quedan fuera de contexto, crean formas equívocas que les permiten sobrevivir mediante un mecanismos de brega de emergencia para poder satisfacer sus necesidades básicas. Este es el venezolano marginal, que vive de lo inmediato, metido en su desvalorización, con mapas de abandono y de irresponsabilidad consigo mismo y con los demás. Obedece, complace, adula, lisonjea a los demás y, a través de la propia descalificación se siente valorizado.
Desde luego, a todo ello hay que agregar, el rol de los valores en el venezolano que ya se ha mencionado anteriormente  y al respecto  se señala, que el venezolano tiene buenos sentimientos, le gusta complacer, ser buena gente pero se las da de vivo, de aprovechador, con una gran necesidad de sobrevivir a toda costa, convirtiendo lo importante en relativo matar, robar, eran antes comportamientos ajenos a nuestra población. Hoy día, se roba, se amenaza, se mata con una impresionante insensibilidad de parte de autoridades y ciudadanía, demostrando irrespeto por la vida, por la dignidad del otro y, por encima de todo, el desconocimiento de los derechos de la persona. Es imposible, con tanta confusión, tener claridad y poder definir cuáles son los verdaderos valores y la esencia ética del venezolano.
 Nos recuerda Barroso , que los valores del venezolano procedieron de diferentes fuentes. Por un lado los mapas de los exconvictos, perdonados por el rey, metidos ahora a conquistadores, capitanes generales y gobernadores, por otro las enseñanzas de una religión ajena al indio, importada con mucho fanatismo y rigidez de inquisición, interpretada por sacerdotes y religiosos, según conveniencias apostólicas y muchísimas limitaciones personales, y, por último cuanto desalmado quiso venir a hacer fortuna y a instalarse a la fuerza.
El venezolano marginal dice una cosa y hace otra. No se compromete. Hoy afirma mañana niega. Hoy condena mañana absuelve. Las leyes existen y son bellas pero sus aplicaciones no siempre se ajustan al carácter sagrado de la ley misma, sino a la personalidad del que la aplica. El mismo acontecer diario impone sobre la marcha muchas adaptaciones, a veces imprecisas y sospechosas. Total, que el venezolano vive informalmente, dualmente, entre el valor y el no valor, lo ético y lo no ético.
 CONCLUSION
Concretamente, la realidad actual invita, que  el venezolano  rescate su autoestima, se identifique más consigo mismo se respete y respete a los demás, hay que edificar un Yo fuerte de autoeliminación y automenosprecio. Ellos son: el Autocontrol (qué piensas de tunomismo), la Autoestima (qué tanto nos gustamos ) y la Autoeficacia (qué tanta confianza se tiene en unomismo). Tratar de ser más flexible, tanto con otros como consigo mismo. No utilizando criterio dicotómico extremista para evaluar la realidad. Revisar las metas y posibilidades reales para alcanzarlas No pensar mal de si mismo. Se más benigno con tus acciones. Tomar conciencia de que existes,  se es importante y  se tienes derecho a pensar enano  por sobre todas las cosas
 Es necesario que el actual gobierno propicie y rescate además,  la educación del venezolano .Educar es la única alternativa. El modelo se agotó. Cambiaron las necesidades, los contextos y los comportamientos. El venezolano se ha quedado detenido, desatendido y desesperanzado. Los líderes se han ido.  No ha oposición, el gobierno lo sabe y ello ha originado serios conflictos. No hay liderazgo de relevo, pareciera que la oposición no se percata de la necesidad de su rol para garantizar que la autoestima del venezolano no se deteriore.
*Referencias:
  •  Barroso, Manuel. Autoestima del Venezolano: Democracia o Marginalidad., Caracas . Venezuela. Editorial Galac. Págs. 3-353.
  •  Riso, Walter. Aprendiendo A Quererse a sí mismo.Editorial Norma S.A.
  • Diferentes páginas web
  • Apuntes de la cátedra Comportamiento organizacional. Aula virtual del programa de gerencia de la calidad y productividad de faces, Universidad de Carabobo